Bipolar desde la cuna al cajón,
en realidad ahora es aún más Neurodivergente.

Me duele el cora, tantos conflictos de mi vida adolescente que se pudieron haber resuelto con el simple hecho de decir «Sabi que, soy neurodivergente por eso me cuesta entender algunas cosas, ¿me explicas porfis?
No pasa nada con pedir ayuda amigues, sin embargo no niego que cuesta, y mucho, porque somos un estigma con patas, por eso entiendo el miedo de mi mamita y papito al verme tan distinta a mis compas del colegio, mientras se sacaban notas 6 y 7, yo guitarreaba canciones evangélicas atrás de la sala.
Mientras mis compas armaban sus palafitos en la clase de arte, yo le tiraba papeles a la profe pa que me sacara pa fuera y poder conversar con la tía del kiosko, la única que escuchaba mis penas y me aconsejaba del amor.

A los 13 años la psicopedagoga del colegio me dijo que mis papás se separaron por culpa mia y de mi forma de ser.
A los 17 un psicologo me dijo que yo tenía Neurosis por enojarme cada vez que mi mamá dejaba la ropa tirada en el baño.
¡PATRAÑAS!
Con tanta mierda que viví en mis 20’s, camuflandome entre la gente neurotípica resulté herida, profundamente herida emocional y mentalmente.

Paguenme la terapia mejor.

Finalmente a los 27 recibí mi primer diagnóstico, bipolaridad.
Con tanta psicoeducación, me obsesioné ya que no me hacía sentido ser bipolar, hasta que me diagnosticaron Trastorno por Deficit de Atención e Hiperactividad (me gusta llamarlo Atención Divergente)
Y bueno, ahora a los 33 diagnosticada con rasgos autistas e identificación de Altas Capacidades con un Trastorno de la Conducta Alimentaria no especificado.
estoy cansada jefe.
sin embargo creo que ya tengo una de las últimas laminitas del album.
Yo creo que nadie cachó antes porque no hay una educación emocional ni psicológica real, al menos a mi no me la dieron en los 90’s ni a mis padres.
y aunque no lo crean, mi abuela profesora de música y directora de una escuela para personas con discapacidad motriz, intelectual etc, no supo leerme.
Sin embargo no les culpo, porque en unos 90’s y 00’s tan estigmatizado con todos los trastornos psiquiatricos, el miedo fué más fuerte.

Abrazo mis neurodivergencias, porque me hacen abrazar a la pequeña nancilú divergente que vive en mi, y esa, es mi recompenza final.
Ser la adulta que yo necesitaba de pequeña.